Patria

Patria (Bebe)El 27 de febrero de 1924 la República Dominicana conmemoraba el octogésimo aniversario de su gesta de independencia bajo la sombra de la primera intervención militar norteamericana. Al mismo tiempo, el matrimonio Mirabal Reyes se regocijaba con el nacimiento de su primogénita. La nombraron Aída Patria Mercedes dado el significado histórico de la fecha de su llegada.

Tuvo una infancia feliz. Junto a sus hermanas Minerva y Dedé, pasaba los días entre juegos de muñecas, bailes en rondas y baños en el rio. Se alfabetizaron en una escuela rural de Ojo de Agua junto al Prof. Nicolás Camilo, completando allí los primeros tres años de educación básica. Continuaron su formación en el Colegio Inmaculada Concepción en la ciudad de La Vega donde fueron admitidas en quinto curso.

Patria y Pedrito (Boda)Cuando concluyó el octavo curso, su papá decidió que Patria debía volver a la casa para ayudarle en la administración del negocio familiar. En esta etapa, conoce a Pedrito González con quien contrajo matrimonio en 1941. De su unión nacieron: Nelson Enrique, Noris Mercedes y Raúl Ernesto; además de Juan Antonio, quien murió cinco meses después de nacido.

Patria tomaba clases de dibujo, creando tiernas obras de singular belleza y armonía. Compuso, también, algunos versos. Asimismo, cultivó con gran dedicación el paisajismo y la jardinería, destacando por su talento en toda su comunidad. Tenía un gusto exquisito tanto para la moda como para la decoración. Era sumamente detallista, amante de los viajes y le encantaba la Navidad. Era conocida y querida por su desprendimiento y solidaridad para con los demás. En múltiples ocasiones tendió su mano en situaciones de dolor a sus vecinos y a los mendigos que merodeaban su casa.

Patria (Jardin)A finales de la década del 50, comenzaba a despertar la conciencia general de que había que hacer frente a los abusos cometidos por la dictadura. Patria y Pedrito deciden formar parte activa en la lucha que ya gestaban Minerva y Manolo. Tras la fundación del movimiento 14 de Junio, en enero de 1960, su casa sirvió como escenario de reuniones clandestinas y almacén de armas.

Es en los últimos días de ese enero que comienza la persecución de los conspiradores. Patria decide regresar con sus hijos a la casa de su madre, debido al acecho constante que sufría en su hogar. Los esbirros de Trujillo ocuparon entonces la abandonada vivienda así como una finca que su madre había puesto a nombre de la pareja en Güiza. Subastaron el mobiliario y se repartieron el ganado. Alcinio Peña, jefe del Servicio de Inteligencia Militar, se apoderó de la casa, instalando allí uno de sus cuarteles.

Pedrito y su hijo Nelson se escondieron en el cacaotal de la casa de los Mirabal en Conuco. El 21 de enero los militares allanaron la casa, haciendo varios disparos. Con el propósito de no poner en peligro al resto de la familia, Pedrito decide entregarse ante el gobernador de Salcedo, quien lo llevó a la fortaleza. Tras el escándalo armado en la casa de los Mirabal Reyes, los caliés se dirigieron a la casa de Patria, destruyéndolo todo en busca de las armas. Días después, apresaron a Nelson. María Teresa, Minerva, Manolo y Leandro también habían sido encarcelados.

Patria visitaba a sus familiares apresados, llevando, en ocasiones, a sus sobrinos a ver a sus madres. La mayor de Las Mariposas tenía un carácter dulce pero firme. Consciente de la realidad en que vivía, expresó: “No podemos dejar que nuestros hijos crezcan en este régimen corrupto y tiránico, tenemos que luchar en su contra, y yo estoy dispuesta a darlo todo, aún mi vida si es necesario”.Patria

El jueves 24 de noviembre viajó por última vez a Santo Domingo para visitar a su esposo, Pedrito, recluido en la cárcel de La Victoria. Allí se encuentra con un chofer de Salcedo que regresaba esa noche a San Francisco de Macorís y le pide que la llevara con él.

Patria y RaulitoAl llegar a la casa, decide que acompañaría a sus hermanas, Minerva y María Teresa, al día siguiente hasta la cárcel de Puerto Plata a donde habían sido trasladados sus cuñados, Manolo y Leandro. A pesar de los ruegos de su madre de que no fuera, la solidaridad de Patria se impuso por vez final. Durante el trayecto de regreso a Salcedo, ese 25 de noviembre, fueron interceptadas en la carretera Santiago-Puerto Plata por sicarios del régimen. Las tres hermanas y el chofer que las llevaba, Rufino de la Cruz, fueron asesinados a garrotazos.  Sus cuerpos fueron colocados en el jeep y tirados por un barranco en el intento de fingir un accidente.